Pic Sanctus -- 23 de Marzo de 2011

Cuando pensábamos que el invierno había terminado, nos sorprende una nevadita el martes día 22, por lo que la montaña se vuelve a vestir de blanco. Por la noche el termómetro alcanza los 3 bajo cero, y así la mañana aparece radiante, con frío y cielo despejado. Cuando ponemos los esquíes, en la zona baja de Gourette, aparecen dos esquiadores que han terminado de entrenar. Son las 8 de la mañana y no hay nadie en pistas. Lo de tomar un café en la estación a esas horas, es misión imposible, y así salimos hacia arriba con un poco de zumo y una magdalena.

Subimos por las pistas hasta la entrada del barranco Valentin. Luego un pequeño descenso nos lleva al río y a la cabanne de Coste de Goua. Las montañas a uno y otro lado, magníficas paredes, Pene Sarrière y La Latte de Bazen con sus sombras alargadas nos esconden el sol, que poco a poco aparece y nos proporciona un poco de calor. Los zig zags los tenemos que buscar entre viejas avalanchas y pasillos hasta llegar a la base de la montaña. Del plateau a la cumbre nos queda como mucho, un cuarto de hora.

Arriba, nos asomamos al Sur y el paisaje nos incita a seguir hacia el infinito. No hay viento y las huellas de otros, de días anteriores,  han quedado debajo de la nevada. Todo está  homogéneo. Solamente nuestras pisadas quedan en la cumbre cuando decidimos descender.

Nuestros giros se enlazan, y al hacerlo levantamos nubes de polvo. Calculo que ha caido 25 cm. en la parte de arriba y algo menos abajo. Todo un regalo de la recién estrenada primavera.