Entre sueños escucho redobles de los tambores que interpretan marchas del maestro Sarriegui. Escucho también los martilleos mas agudos de las aguadoras que acompañan a los tamborreros. De repente, un resplandor me ciega y me despierto de golpe. No son tambores ni barriles, son truenos lejanos y sobre mi ventana repiquetean los granizos en este lluvioso mes de Enero. Cuando consigo volver a coger el sueño, ya es casi la hora de levantarse, La mañana se presenta oscura, fría, y poco agradable. Salimos o no?
Es casi obligado volver a Leitza. Hay mas capa que ayer, sin embargo, la meteo es mas adversa. La montaña es la misma, pero todo es diferente, el color, la textura, las sensaciones. El viento, a menudo fuerte, levanta la nieve y nos golpea la cara sin piedad. Entre alerces, trazamos una bonita huella y saludamos a algunos esquiadores que también se han animado a salir a la montaña. Cuando volvemos sobre nuestros pasos, el entorno ha cambiado por completo. La nieve se ha posado en los árboles y nos sentimos transportados a otras latitudes.
La pista sin rodadas de tractor....todavía
La nieve y el viento nos acompañan
Un momento de paz
Cómo nieva cuando llegamos a la cima...
Primeras palas hacia Leitzalarrea. La nieve excelente
Los troncos de las hayas se visten de invierno
Hoy cena ligera....tortilla de patatas ratataplan.
Buena escapada sí señor!
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